
De vez en cuando la familia me reclama comer pescado, es lo que tiene que quien compra y cocina sea carnivora a más no poder. Y ahí me encuentro yo en la pescadería, donde no me apetece nada pero menos mal que mi pescadera es un cielo y tiene paciencia para dar y regalar.

De ese ese modo vi las pescadillas me dije... se vienen a casa a ver que invento... y si no le pega pues mala suerte, pero mira tu por donde que tanto a Miguel como a mí nos ha encantado. Queda apuntado en mi recetario.

Ingredientes para 2 personas:
2 pescadillas grandes
2 patatas medianas
1 cebolla
2 dientes de ajo
1 c.c. pimentón dulce
sal y aceite de oliva

Elaboración:
Precalentamos el horno a 180º (arriba, abajo y ventilador).Le quitamos a las pescadillas las cabezas y la espina central y las dejamos abiertas.
Pelamos las patatas y las cortamos a rodajas de un centímetro de grosor aproximadamente. Las ponemos en una cazuela con agua y sal a cocer hasta que al pincharlas con un cuchillo estén tiernas.
Cortamos la cebolla gruesa y doramos un poco en una sartén con un poco de aceite de oliva. Cuando se empiecen a poner transparentes reservamos.

Escurrimos las patatas y las colocamos en una fuente para horno, sobre estas las cebollas, salamos y horneamos unos 15 minutos. Pasado este tiempo sacamos la fuenta y colocamos el pescado sobre la cebolla.
Cortamos los dientes de ajo en laminas y lo mezclamos con la cucharadita de pimentón dulce y un chorro generoso de aceite de oliva. Repartimos la mezcla sobre el pescado e introducimos en el horno unos 15 minutos aproximadamente. Yo baje un poco la temperatura, a 160º. Servimos acompañado de las patatas y cebolla, con pan recien horneado una copita de vino que da salud y a disfrutar.
Espero que os haya gustado. ¡Bon apetit!



