
Cuando le digo a Laura que hay pollo para comer su cara es todo un poema, no le gusta nada a no ser que lo acompañe de alguna salsa.
Y ahí estoy yo buscando, copiando y en este caso improvisando con lo que tengo en casa para que la "señora marquesa" no ponga pegas. He de decir que la niña se lo come todo, te tuerce el hocico cuando le dices algo que no le agrada pero no da ninguna guerra para comer y siempre prueba cualquier alimento nuevo por iniciativa previa.
Este pollo le ha encantado y lo tengo que volver a repetir. Espero que a vosotros también os guste. ¡Bon apetit!